200 Hectáreas de tierra difícil, finca de pizarra, poco fértil y exigente, pero que sabe cómo cuidar a la planta. Al no recibir suficiente agua, la cepa lucha por sobrevivir y se esfuerza por encontrarla ella misma, da poco, pero lo mejor de si. De esta forma la uva nos contará con sus aromas dónde está plantada. Es la mística de “la esencia”.