La historia de Leffe tiene su origen en Notre-Dame de Leffe, una abadía de canónigos premonstratenses fundada en 1152. Los norbertinos canónicos premonstratenses, como los monjes, viven en comunidad y según ciertas reglas. Sin embargo, los canónigos tienen una visión muy abierta y les gusta relacionarse con las personas que los rodean. Por eso no es de extrañar que, desde la fundación de la abadía, los norbertinos fueran conocidos por la especial atención que prestaban a la acogida de huéspedes y peregrinos.
Los numerosos peregrinos que pasaban por la abadía siempre encontraban la puerta abierta… pero no solo eso.
Los canónigos comenzaron a elaborar cerveza en Leffe en 1240. Los huéspedes y viajeros podían saciar su sed con una bebida saludable y refrescante. De hecho, fue un período difícil: las numerosas epidemias que asolaron el territorio europeo en ese momento hicieron que el agua potable no fuera segura. Afortunadamente, surgió una solución ideal: elaborar cerveza. Durante el proceso de elaboración, la temperatura de ebullición mató a los microbios, lo que hizo que la cerveza fuera segura para beber. La calidad del agua ha mejorado mucho a lo largo de los siglos, pero la elaboración de cerveza sigue siendo una tradición, también para los norbertinos de Leffe.